Prometo no tener muchos de estos. Pero el de hoy está justificado: ayer fue mi confirmación. Tenía tantas expectativas que pensé que me decepcionaría, pero al contrario. Fue un día increíble; la culminación de un camino no siempre fácil, rodeada de las personas que me han ido acompañando todo este año. Muchos recuerdos, muchas emociones.
Hubo un momento, el sábado, en que dudé. Solo fue un momento, pero en ese instante me pudo el vértigo de decir que sí, para siempre, por primera vez en mi vida. Pensé que igual lo podíamos dejar para otro día. Que y luego si me arrepiento qué hago. A Dios no se le puede pedir el divorcio.
Por suerte, a Dios también se le quiere tanto que es muy difícil decirle que no cuando se pone con sus pucheritos. Así que aquí estoy, como dice un amigo, disfrutando de mi luna de miel con el Señor. Feliz como nunca. Constatando cómo el Espíritu, lejos de ser un soplo de brisa, es un huracán que todo lo trastoca y lo pone patas arriba.
Para celebrarlo, una canción pastel que reconozco que me encanta: Pescador de hombres. A mí me ha pescado pero bien.
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Conozco esa sensación. Felicidades!!!
ResponderEliminar¡Gracias!
ResponderEliminarQué alegría, felicidades!!!
ResponderEliminarMuchísimas felicidades por tu confirmación.
ResponderEliminarUn beso.
Victor Clavero
¡¡Gracias, Marta y Víctor!!
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