La cultura de la muerte medra en España alimentándose del cadáver maloliente de un falso cristianismo de peineta y pacotilla que ha renunciado a su fe a cambio de la paz ciudadana.Quizá nunca tuvo fe y ahora, lo que tiene, no es otra paz que la de los viejos que pasean por los cementerios.
Es difícil decir tanto con tan poco.
Fusilado al gran TEB.
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