Esta mañana he ido a misa. Lloviznaba y hacía fresquete. Cuando he llegado a la iglesia, solo estábamos cuatro personas: dos señoras, un señor de traje y yo.
Era casi la hora y no llegaba nadie más. Yo ya tenía en mi cabeza escrito un post sobre lo bonito que es ir a la iglesia cuando hace buen día y apetece salir de casa y dar un paseo, y sobre la falta de compromiso y la irresponsabilidad.
El cura tampoco llegaba. Qué raro. Me mosqueo y le pregunto a una de las señoras:
"No, hija. Hoy es sábado. La misa fue a las nueve y media, a las doce no hay."
Eso por querer dar lecciones. Me está bien empleado.
sábado, 29 de septiembre de 2012
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