0 Camino se presenta

Hola, me llamo Camino, y soy católica.

Hasta hace un año era una treintañera agnóstica que solo pisaba una iglesia si llevaba encima la cámara de fotos.

Hay historias de conversiones preciosas, impactantes. La mís me temo que es bastante aburrida. Yo quería creer en Dios... pero no podía. Simplemente, me parecía ilógico, absurdo, irracional. Dios no estaba y punto. Y como Dios no estaba, bueno, en algo había que ocupar los ratos muertos. Fiestas, alcohol, sexo, televisión, comida, ascensos profesionales, ejercicio para tener buen cuerpo, compras, vanidades. No es que fuera un American Psicho ni mucho menos. Todo esto lo consumía con moderación. Lo que quiero decir es que donde todas estas cosas se acababan empezaba el precipicio. No había nada más.

Un día conocí a un chico. Hicimos buenas migas, pronto empezamos a salir juntos. Él era católico, pero no le importaba que yo no fuera creyente. Sin embargo, yo no paraba de preguntarle sobre Dios. Hablábamos durante horas. Una tarde de verano estábamos tomando algo en una terraza, la mar de a gusto. No recuerdo qué fue lo que yo dije, pero él me contestó: "¿Por qué no dejas de buscar a Dios en las alturas y lo buscas en el amor de los que te rodean?".

En ese momento hubo un "clac" en mi cabeza. ¡Claro! ¡Pero qué ciega había estado! Estaba allí, había estado allí todo el tiempo, esperando a que yo Le mirase con los ojos correctos: los del corazón. Y en ese momento, querido lector, empezó esta historia de amor que aún perdura, y que quiero ir compartiendo contigo.