Esta tarde he ido a tomar café a casa de una amiga. Durante la conversación hemos arreglado el país; la política en general, la española en particular, y la de un señor de su pueblo en muy particular; la Iglesia, los matrimonios y la escasez de vocaciones a la vida religiosa y, ya puestas, la vida religiosa entera. Antes de que se acabaran las pastas habíamos dejado la sociedad como la patena.
Luego nos hemos acordado de este chiste, en concreto del punto que dice así:
Antes de lanzarte a tener hijos, busca una pareja que ya tenga hijos y critícales por sus métodos de imponer disciplina, sus pésimos niveles de tolerancia y por haber permitido que sus hijos se porten como salvajes. Sugiéreles maneras de mejorar el comportamiento de sus hijos a la hora de acostarse, pedir pis, o comer. Aprovecha, será la última vez que tengas todas las respuestas sobre estos temas.
Se hizo un silencio incómodo. Luego nos hemos levantado las dos y, calladitas y diligentes, nos hemos ido cada una a arreglar su propia vida.
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