viernes, 23 de noviembre de 2012

8 Suspenso

Qué bonito es tener fe.
Qué facilito.
Qué easy-going.
Qué zen.
Qué flowerpower.

LOS COJONES.

Y no me disculpo.

Hay días, Señor, que me los das. En serio. Días en que solo se me viene a la mente la imagen de San Francisco (otro al que le diste pero bien, ¿eh?, salvando el abismo), llorando como un crío de cinco años, diciéndote "¡Háblame! ¡¡Háblame!!". Yo suelo añadir un par de palabrotas, ya me conoces: soy muy mal hablada. Pero el resumen de lo que te quiero decir es ese. Que para qué me has llamado. Que para qué has puesto este fuego en mí si no me ibas a decir qué hacer con él. ¡Quema, Señor!

Hay que tener paciencia contigo, Señor mío. "Si quieres servir al Señor, prepárate para la prueba", me dijiste. No, si no puedo decir que no estuviera advertida. Solo que no me lo creí. Pensé que todo sería un cuento de hadas: ir a misa los domingos con los niños vestidos de puntillita, esas cosas. Te soñé como quien no te conoce: como un consuelo de segunda, como un complemento elegante para la vida. Y tú no eres así.

"El amor es paciente. Todo lo espera, todo lo soporta." Aún no he aprendido a amarte, Dios mío. No sé quererte bien. Digo que me entrego a ti pero solo lo hago cuando me conviene: a la hora de la fiesta y la alegría. Cuando vienen las vacas flacas, me quejo. No quiero saber lo que tú quieres enseñarme, lo que necesito para estar más cerca de ti. Ya me ves. Cuando no haces lo que a mí me da la gana, me rebelo. Hoy he estado a esto, y lo sabes, de mandarte a freír monas, solo porque no te pliegas a mis deseos.

Señor, solo tengo tu gracia. Ayúdame a entenderte, a amarte sin entenderte, a abandonarme a tu voluntad. Que yo sola no puedo. Yo sola no sé, estoy perdida.

8 comentarios:

  1. Susana cielo, cuando veas a un pobre, a un niño, a una buena persona, ahí encontrarás amor, y ahí está Dios. El resto es accesorio, dañino, traicionero. Eres una Luz que me alumbras, si te apagas... te encenderé.
    Un beso y mucha Fe.

    Víctor Clavero

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  2. ¡¡Jajajaja!! Muchas gracias, Víctor. No te preocupes, ha sido una discusión tonta. Ya ha pasado. El Señor y yo nos estamos conociendo. Bueno, yo a Él. Y me enfadaré más veces. Pero no cambio la gracia de la fe por nada, nada en el mundo.

    Dios te bendiga.

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  3. Ahhhh no me des estos sustos Jajajajaja, con lo salada que eres no tardaréis en conoceros jejeje.

    Mucho amor!

    Víctor Clavero

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  4. Cuando se discute con Dios, con tacos y todo, cuando se llora y se patalea dirigiendote a Él es una nueva oportunidad de recibir su gran misericordia y de aumentar la fe y la esperanza. (Es mi experiencia)

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  5. Estoy leyéndote (el blog entero) y aunque no tenemos nada que ver (en cuanto a historia previa), me recuerdas a mí (en expresión y relación de ideas). Gracias por atreverte con esto.

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  6. Elena: totalmente cierto. Y lo que se agradece...

    Anónimo: gracias a ti por el comentario. Tengo curiosidad: ¿tienes algún blog o algo? Me gustaría leerte.

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  7. tenía uno...lo cerré. Pero mantengo conversaciones y anécdotas dignas de tu blog ;) Ahora no puedo, pero en cuanto tenga un rato te escribo. Gracias otra vez!!
    ah!! y leyendo tu post de hoy...(se que debería escribirlo allí disculpa que te trasmita mi desastre)yo sigo dándome cabezazos y envidiando el entusiasmo de las conversiones...nos perdemos por la costumbre a lo extraordinario. Y si, las cosas no deben ser tan complicadas...
    ya hablaremos de lo humano y lo divino. Saludos!!

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