Madrid. Salgo del dentista, y dudo entre quedarme haciendo tiempo para ir a misa o largarme a casa a dar con mis huesos en el sofá.
De pronto, me asalta un pensamiento: ¿es más mi casa aquella donde hoy no me espera nadie (a excepción de un gato-pezconpelo) o aquella donde me espera el mismísimo Jesús?
Y aquí estoy. Haciendo tiempo.
jueves, 18 de octubre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario