lunes, 8 de octubre de 2012

0 Demostrar a Dios

Esta tarde he tenido una conversación bastante curiosa por Twitter con un chico, no sé si profesor de Ciencias. Empezamos hablando de enseñar desde la experiencia y acabamos charlando sobre la demostrabilidad de Dios.

Ambos estábamos de acuerdo, claro, en que a Dios no se le puede demostrar.

Tengo un amigo, informático, que dice que el método científico es como una navaja suiza: sirve para todo. Al menos hasta que te piden que cortes una montaña con ella: entonces tienes un problema.

Recuerdo un libro estupendo, Gödel, Escher, Bach (si te gusta el hardcore extremo te lo recomiendo), que trata de si es posible que la mente humana se comprenda a sí misma. La conclusión es que no. Y si un sistema no puede comprenderse a sí mismo, ¿cómo va a comprender algo mucho mayor que él?

No, a Dios no se le demuestra. Se le sabe. Se le nota actuando en ti, en tu vida. Igual que uno, a menos que sea esquizofrénico o informático, puede distinguir perfectamente si está hablando solo o con alguien, así se sabe cuando algo no ha venido de uno mismo sino de Dios.

Te voy a poner un ejemplo. Esta tarde, también, he ido a misa. Iba cansada, después de un día duro, cargada con varios kilos de comida para gatos, aún me quedaban recados por hacer, y para colmo me había organizado mal y había llegado tarde a la misa. Todo eso me ponía de bastante mal humor. De rodillas delante de mi Jesús Sacramentado, solo acertaba a decirle "Jo" y torcerle el gesto, como una niña contrariada. Así toda la misa. Jesús callaba. Al final, cuando ya me iba, pensando aún en mis cosas, ¿sabes qué se me vino a la cabeza?

¡UN CHISTE!

Además, a costa del pobre párroco, que en ese momento pasaba por allí. Tuve que aguantarme para no partirme de risa (imagínate, con todo el mundo allí recogidito rezando) y me di cuenta de lo absurdo y relativo de mis pequeñas preocupaciones. Salí de la iglesia con una sonrisa de oreja a oreja.

A Dios se le nota así. Notas su mano cuidándote, protegiéndote, mimándote. Sientes su inmenso amor, un amor que jamás podría venir desde dentro de ti, empapándolo todo. No, a Dios no se le demuestra. Ni falta que hace.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

y en tu camino seré el andar Copyright © 2011 - |- Template created by O Pregador - |- Powered by Blogger Templates