0 Sacerdotes que entienden

Mucha gente me pregunta (esto no es del todo cierto. En realidad he leído la pregunta en internet, pero siempre quise empezar un artículo diciendo "mucha gente me pregunta". Me hace sentir importante), qué clase de consejo sobre la vida de pareja se puede esperar de un sacerdote, que es célibe.

Para empezar, que uno sea célibe solo significa que ha prometido no casarse, no que no haya tenido pareja antes de entrar al seminario. Como comentario al margen: tampoco significa que no se puedan tener relaciones sexuales. El celibato no es igual que el voto de castidad. Claro que las relaciones fuera del matrimonio son pecado para los sacerdotes, pero no más que para ti y para mí.

Pero admitamos un sacerdote que nunca haya tenido una novia. ¿Cuál es el inconveniente? ¿Esperaría alguien que el psicólogo que va a tratar a su hijo paranoico fuese también paranoico? O, más sencillo: ¿exigiríamos cualquiera de nosotros que el terapeuta que va a tratar nuestros problemas de pareja esté casado? No, solo esperamos de él que sea un profesional formado y con experiencia. Como lo es cualquier sacerdote.

Pero hay una cosa más. Aparte de la formación, la experiencia, la madurez psicológica y la entrega de muchos sacerdotes, hay un factor clave por el que son tan buenos consejeros. Los católicos creemos en algo llamado Espíritu Santo. El Espíritu Santo (aquí estoy a punto de meterme en un berenjenal muy serio, así que te ruego que disculpes las barbaridades que pueda decir) es algo así como el amor entre Jesucristo y su Padre, personificado, y tiene la misma entidad que ellos dos. A nivel práctico, el Espíritu actúa muchas veces como un dedito de Dios (otras veces actúa como una mano abierta a mala leche) que te va guiando, empujando, aconsejando, inspirando. Y el Espíritu se sirve muchas veces de las personas que le dejan actuar en ellas para ayudar a otras. Exacto: personas como los curas. Los sacerdotes están muy cerquita de Dios, y si uno acude a ellos, muchas veces Dios mismo los usa como instrumento para apacentarnos a nosotros, sus queridas ovejas. Y podemos dudar del criterio de un sacerdote pero ¿del criterio del mismísimo Dios?

(Ahora que lo pienso, esto es un chollo. Si tienes un problema con la vida, llamas y te ponen directamente con el fabricante. Ya podían aprender los del 1004...).




Al Espíritu Santo se le suele representar con forma de paloma, lo que le ha traído algún disgustillo.