Tres curas de la misma comarca, que se encuentra afectada por una plaga de murciélagos, quedan para tomar un café y, como era inevitable, surge el tema de la plaga:
- En mi parroquia han entrado por cientos. Hemos intentado echarlos a disparos, pero vuelve a entrar.
- En la mía los capturamos y los liberamos en el campo, pero también han vuelto...
- Pues en la mía hemos dado con la solución.
- ¿Ah, sí? ¿Cómo?
- Los bautizamos y los recibimos como miembros de la Iglesia. No les hemos vuelto a ver el pelo.
martes, 21 de agosto de 2012
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