Sin embargo, hoy no podía, por nada del mundo, dejar de presentarte a una persona. Se llama Julia. Nos conocimos en un curso al que nos habíamos apuntado las dos sin saber muy bien por qué. Las cuatro chicas que íbamos solas hicimos piña enseguida, y luego nos seguimos viendo y compartiendo ratos de adoración y pizzas cuando podíamos (sin mezclar, ¿eh?, primero la adoración y luego las pizzas).
Julia es un trasto divertidísimo, una chica inquieta, siempre sonriente, que nos hablaba de sus alumnas del cole y de sus amigas dominicas de Lerma; siempre dispuesta a ayudar, a dormir tres horas y saltarse semáforos por ir a recoger a una amiga a la estación.
Ayer, Julia nos mandó este vídeo por whatsapp:
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