Por la tarde he llegado a casa, saturada. He soltado el iPad por alguna parte, he abierto una caja de galletas y he puesto la tele, dispuesta a darme el gusto de freírme unas cuantas neuronas. Pero al final no he resistido la tentación de escuchar más opiniones en otra tertulia. Se vuelven a mencionar la coherencia de Benedicto, su servicio, su humildad.
Le dan la palabra a uno de los tertulianos, un tal José Luis Almarza. Y me llama la atención porque empieza su intervención con estas palabras (escribo de memoria, así que espero que al menos fueran parecidas):
"El dos de enero, la Iglesia celebra la fuerza de la amistad. San Basilio y San Gregorio Nianceno fueron grandes amigos."
Hombre, algo diferente.
"Y reto - continúa - a dos hombres cualesquiera, o a dos mujeres, o a hombre y mujer, a tener una relación de amistad como tuvieron Juan Pablo II y Benedicto XVI. Benedicto entregó a Juan Pablo veintiséis años de su vida."
Hemos tenido (tenemos, aún) un Papa valiente, honesto, coherente y sabio, gran teólogo y líder. Muy cierto, y me siento profundamente agradecida por ello. Pero un gesto honesto, un cargo bien llevado, los tienen muchos. Sin embargo, no todos somos capaces de entregar veintiséis años de nuestra vida al servicio de un amigo. Y eso, creo yo, dice más de la talla moral de Benedicto que todos sus libros, más tal vez que la propia renuncia. Porque no estamos ante un hombre que ha renunciado a un papado: estamos ante un hombre que supo renunciar a sí mismo.
Yo también oí esa tertulia, 13Tv, Nieves Herrero, y pienso que tomar una decisión de ese calibre comporta valentía, frialdad, claridad y actitud de no interrumpir la labor de la Iglesia.
ResponderEliminarSe siente sin fuerzas, acabado pastoralmente y sin capacidad de pastoreo. Creo que es honrado dejar paso a otro que, en el Espíritu Santo, pueda y continúe impulsando el camino y la labor de la Iglesia.
Un fuerte abrazo en Xto. Jesús.
No he visto hoy televisión pero si desde que desperté aca en Arizona, EE.UU. he visto esa noticia. No soy católico, pero me sorprende que el haya dado mas de un cuarto de siglo al servicio de Dios y de su amigo Juan Pablo II. Es digno de admirar, y mas aún cuando reconoce que es tiempo de retirarse. Dios lo bendiga a el y al próximo en tomar, como decimos de Puerto Rico, la batuta de un ministerio pesado, pero lleno de bendición.
ResponderEliminarDios los bendiga.
Añadiría que ha sido un hombre Santo que ha hecho uso de su libertad. No sé si recuerdas Susana que hace unos meses te conté lo que hace años me había transmitido un hombre que sabía el significado del "Misterio de la Santísima Trinidad": En la Tierra somos "Padre" porque tenemos plena libertad para actuar. "Hijo": Porque al morir debemos rendir cuentas en el purgatorio de cómo hemos actuado; "Espíritu Santo", es la evolución de la etapa anterior, vamos creciendo en pureza y pasamos a otro nivel. Por eso somos tres en uno.
ResponderEliminarBenedicto XVI ha ejercido como "Padre", ha hecho uso de su libertad, y se retira con dignidad; muy a pesar de los seguidores del Demonio que les hubiese gustado ver cómo se mareaba en actos públicos y cómo lo pasaba mal transmitiendo debilidad. El "banquillo" de cardenales es muy amplio, hay cantera de calidad, y por ello nos debemos de felicitar, hay Luz para el Camino.
Saludos
Victor Clavero
Me acuerdo. Y sí, yo también creo que la renuncia del Papa ha sido un regalo del Espíritu, aunque ahora no veamos por qué. Pero si ha sido una decisión meditada en oración, si es lo que Dios ha querido, bienvenida sea.
ResponderEliminarPor cierto, creo que ahora entiendo mejor lo que me contabas de la Trinidad de lo que lo entendí entonces. ¡No es fácil! Jejeje.
ResponderEliminar