sábado, 1 de septiembre de 2012

2 Un poco de autocrítica

Leo este minicuento de terror:
El chófer abre la puerta y ayuda a bajar al jerarca. Éste mira alrededor y una sorpresa inicial da paso al enfado mientras le dice al joven párroco, tendiéndole la mano con el anillo hacia arriba: 
-¿Cómo es que el alcalde no ha venido a recibir a este humilde siervo de Jesucristo?
Y me acuerdo, no sé por qué, de estos iconos:



En ellos, Santa Isabel de Hungría está repartiendo ropa a los pobres y dando de comer a un enfermo. Pero ¿ves quién es el pobre y el enfermo?

Sí, es Jesucristo.

El minicuento de terror me ha recordado cuántas veces los que pretendemos ser siervos de Jesucristo no somos más que siervos de nuestro propio ego hipertrofiado, de nuestro creernos mejores que el otro. Nos olvidamos que para servir a Jesucristo hay que servir al hermano. Que Jesucristo es también esa señora pesada que se nos pega en misa, ese amigo coñazo que nos llama cuando menos nos apetece, ese señor que se sienta a nuestro lado en el bus y que evidentemente necesita una ducha, ese desconocido desagradable de Facebook que nos mete el dedo en el ojo cada vez que mentamos a Dios. Todos. Y no solo nos toca servirles sino amarles. Que cuesta: sí. Pero lo manda el Jefe. Y Él sabe lo que nos conviene.

2 comentarios:

  1. Qué causalidad!! Yo nací un 17 de noviembre, festividad de Santa Isabel de Hungría, y mira Susana que me preguntaba, ¿Quien será esa santa de Hungría? jajajaja.

    V. Clavero.

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  2. Curiosamente, es la patrona de los franciscanos seglares. Este año, fíjate: el 17 es el día del franciscano seglar, el 18 me confirmo y el 19 es mi cumple. Voy a tener que hacer fiesta gitana para celebrarlo todo...

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